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FACIES SISMICAS Cualquier rasgo reconocible del carácter de la reflexión de una secuencia sísmica puede llamarse una facies sísmica, sin imporar si el atributo seleccionado es un efecto de la amplitud, frecuencia, fase, continuidad, o angularidad. Hay un campo amplio para definir una facies sísmica en lo que se refiere a cuál propiedad del patrón de la secuencia debe considerarse, qué terminología debe usarse para describir esa propiedad, y qué tanto debe cambiar la propiedad antes de asumir la presencia de un tipo diferente de facies. Un esquema propuesto para caracterizar a las facies sísmicas se basa en tres descripciones del comportamiento de la reflexión:
Estos tres terminos que describen secuencias se pueden combinar en una razón cuantitativa sencilla, (X-Y)/Z. Este parámetro, (X-Y)/Z, es sólo una de muchas definiciones posibles del comportamiento de las facies sísmicas que se puede observar en los datos que se interpretan, porque un intérprete puede elegir el uso de dos parámetros sísmicos, en lugar de tres, para identificar una facies sísmica, otro puede decidir usar cuatro atibutos sísmicos, y pudiera ser que ningún intérprete usara los mismos parámetros ni los combinara en un formato tipo razón. El enfoque de cada uno de ellos puede ser igualmente correcto y válido si el resultado final es una facies sísmica que proporciona comprensión del tipo de ambiente sedimentario cuya imagen se muestra en los datos sísmicos. La terminología sugerida por Sangree y Widmier (1979) para describir las tres propiedades de reflexión definidas anteriormente (X, Y, Z) están en una lista en la Figura 6, junto con un ejemplo de la transformación de un patrón típico de secuencia a una distribución de facies. La ilustración de esta distribución de facies en un plano conlleva a interpretar que la secuencia objeto de estudio describe un ambiente de plataforma. La descripción del carácter de las reflexiones mediante una técnica de esta naturaleza permite crear patrones de distribución regional de las facies, de manera tal que las formas geométricas de los patrones de facies, por ellas mismas, con frecuencia pueden sugerir un ambiente sedimentarario específico. |